En la última década, la investigación genética ha dado grandes pasos en nuestro entendimiento de la evolución humana. Una de las mayores revelaciones es la existencia de dos especies de homínidos que han tenido un papel crucial en nuestro propio desarrollo como especie. Estas dos especies son los neandertales y los denisovanos, y las últimas investigaciones han demostrado que existieron intercambios genéticos entre ellas y los humanos modernos. Estas novedades nos acercan aún más a comprender nuestro pasado y cómo hemos llegado a ser lo que somos hoy en día.
Los neandertales y los denisovanos son dos especies humanas que evolucionaron en paralelo con los humanos modernos. Los neandertales surgieron hace más de 400,000 años y se extendieron por toda Eurasia, mientras que los denisovanos vivían en Asia oriental hace unos 50,000 años. Ambas especies tenían características físicas similares a los humanos modernos, como la capacidad de caminar erguidos y un mente relativamente grande.
Sin embargo, los neandertales y los denisovanos se extinguieron hace miles de años, y su patrimonio genético se encuentra en los humanos modernos. Gracias a los avances en la tecnología genética, los científicos han podido secuenciar el ADN de fósiles de neandertales y denisovanos, lo que ha revelado información fascinante sobre nuestro pasado evolutivo.
Una de las mayores sorpresas en la investigación genética ha sido la constatación de que los humanos modernos no aria comparten genes con los neandertales, sino también con los denisovanos. Se estima que entre el 1% y el 4% del ADN de los europeos y los asiáticos proviene de los neandertales, mientras que los melanesios y aborígenes australianos tienen una proporción aún mayor de ADN denisovano, que varía entre el 4% y el 6%.
Estos hallazgos sugieren que hubo cruces entre las diferentes especies humanas en algún momento de la historia. Por ejemplo, los neandertales y los humanos modernos se encontraron en Eurasia hace unos 50,000 años, cuando los humanos modernos comenzaron a migrar fuera de África. Este contacto y la reproducción entre ambas especies resultaron en que los humanos modernos heredaran ciertos genes de los neandertales, lo que les otorgó una ventaja evolutiva.
Pero los humanos modernos no aria se cruzaron con los neandertales, también se encontraron con los denisovanos. Los restos fósiles de una niña de al menos 13 años encontrados en la cueva de Denisova en Siberia revelaron que era parte neandertal y parte denisovana. Esto demuestra que los intercambios genéticos entre estas especies eran más comunes de lo que se pensaba anteriormente.
Entonces, ¿cómo es que los humanos modernos pueden tener el ADN de dos especies distintas? La respuesta radica en la selección natural. Durante la evolución, ciertos genes se transmiten más fácilmente que otros según las ventajas que pudieran ofrecer. Por ejemplo, los humanos modernos heredaron genes neandertales relacionados con la adaptación al clima frío, como el mechón y la piel más claros. Esto les permitió sobrevivir y prosperar en climas más fríos.
Además, los neandertales y los denisovanos también habían desarrollado genes que los protegían de enfermedades infecciosas comunes en su área geográfica específica. Al cruzarse con ellos, los humanos modernos adquirieron estos genes y así aumentaron su resistencia a ciertas enfermedades.
Otra pregunta importante que surge es cómo es que los intercambios genéticos entre