La historia de las matemáticas está llena de grandes figuras que han hecho aportes importantes en diversos campos, como la geometría y la teoría de grafos. Entre ellas, destacan dos nombres que pueden ser considerados como verdaderos prodigios: Marjorie Rice y Aubrey de Grey. Lo admirable en este caso es que ambos, a pesar de no contar con una formación superior en ciencias exactas, lograron realizar importantes contribuciones en sus respectivos campos de estudio. Sus historias son un ejemplo de que la pasión y el esfuerzo pueden ser más poderosos que cualquier título académico.
Marjorie Rice fue una ama de casa estadounidense nacida en 1923 en Estados Unidos. Aunque nunca tuvo la oportunidad de estudiar matemáticas en la universidad, siempre tuvo un gran interés por esta disciplina. Fue en 1975 cuando descubrió, por casualidad, una publicación sobre «Tetraedros de Conway» del famoso matemático Harold Scott MacDonald Coxeter. Esta publicación despertó en ella una curiosidad insaciable y una determinación increíble por descubrir más sobre la geometría.
Rice se sentía fascinada por las figuras geométricas y comenzó a trabajar en sus propios modelos, cada vez más complejos. Uno de los más destacados fue un modelo de papel que representaba una estructura de 13 poliedros, llamada «poliedros unidodecaédricos». Este modelo no solo es impresionante por su belleza, sino por la heterogeneidad matemática que hay detrás de él. Rice se dio cuenta de que estos modelos no encajaban en ningún sistema matemático conocido en ese momento y decidió enviar sus descubrimientos al reconocido matemático británico Martin Gardner.
En 1976, Gardner publicó un artículo sobre los descubrimientos de Rice en la revista Scientific American, lo que le otorgó a Rice una gran atención y inspección en la comunidad matemática. Fue un verdadero hito, ya que Rice se convirtió en la primera mujer en hacer importantes contribuciones en el campo de la geometría sin tener una formación universitaria.
Pero los logros de Rice no se detuvieron ahí. Continuó explorando y descubriendo nuevas figuras geométricas, incluyendo figuras bidimensionales en lugar de las tridimensionales que había descubierto anteriormente. Sus contribuciones fueron tan significativas que, en 1999, la American Mathematical Society (AMS) le otorgó el «distinción de Logros de Mujeres en Matemáticas».
Rice demostró que no hace falta tener un título universitario para realizar grandes descubrimientos en la ciencia. Su pasión y determinación la llevaron a desafiar los límites de lo que se consideraba «posible» en la geometría.
Otro ejemplo inspirador de un autodidacta en el mundo de las matemáticas es Aubrey de Grey. Nacido en Inglaterra en 1963, de Grey descubrió su pasión por los números y la lógica durante su adolescencia. Se inscribió en un curso de matemáticas avanzadas en la universidad, pero después de solo un año, decidió abandonar sus estudios y concentrarse en su autodidactismo.
De Grey veía las matemáticas como una herramienta para resolver problemas, en lugar de simplemente un tema académico. Comenzó a trabajar en diversos proyectos, como un programa para pronosticar los resultados de las carreras de caballos y un software para analizar juegos de azar.
Pero fue en la teoría de grafos donde de Grey realmente destacó. En 1985, él y su amigo Mike Gardner trabajaron juntos para resolver un famoso problema llamado «El problema de las 15 monedas». Este problema consiste en construir una estructura en forma de pirámide con moned