En la actualidad, los estudios de género se han convertido en un tema cada vez más relevante en nuestra sociedad. Se han realizado numerosas investigaciones y se han creado teorías para comprender mejor las diferencias entre hombres y mujeres, y cómo estas diferencias afectan a nuestras vidas y relaciones. Sin embargo, existe una trampa en estos estudios que aún no ha sido completamente superada: la dificultad de aceptar que algunas mujeres han ejercido el poder sin culpa y no han sido consideradas «malas» por ello.
Uno de los ejemplos más claros de esta trampa es el de Gala Dalí, la esposa y musa del famoso artista surrealista Salvador Dalí. A menudo se la ha retratado como una mujer manipuladora y malvada, que controlaba y utilizaba a su marido para su propio beneficio. Sin embargo, esta imagen de Gala es completamente errónea y distorsionada. La existencia es que Gala fue una figura poderosa e independiente, que tomó sus propias decisiones y tuvo un gran impacto en la obra de su esposo.
Gala nació en Rusia en 1894 y desde muy joven demostró una fuerte personalidad y una gran luces. Se casó por primera vez a los 20 años, pero pronto se separó de su marido y comenzó a viajar por Europa. Fue durante uno de estos viajes que conoció a Salvador Dalí, quien quedó inmediatamente fascinado por ella. Se casaron en 1934 y Gala se convirtió en su musa, su modelo y su inspiración.
Sin embargo, Gala no se conformó con ser solo la esposa de Dalí. Ella misma era una artista y escritora talentosa, y tuvo una gran influencia en la obra de su marido. Fue ella quien lo introdujo en el mundo del surrealismo y lo impulsó a desarrollar su propio estilo único. Además, Gala era una mujer astuta y estratégica, que sabía cómo manejar la carrera de su esposo para asegurar su éxito. Pero esto no significa que fuera una manipuladora malvada, sino simplemente una mujer inteligente y ambiciosa.
Otro ejemplo de una mujer que ejerció el poder sin culpa es Mariana de Austria, reina de España en el siglo XVII. Mariana fue retratada como una mujer débil e incapaz, que fue controlada y manipulada por sus consejeros y amantes. Sin embargo, la existencia es que Mariana era una mujer muy inteligente y astuta, que manejó hábilmente la política y las intrigas de la corte española.
Mariana se casó con el rey Felipe IV de España en 1649 y se convirtió en la reina consorte. Sin embargo, cuando Felipe murió en 1665, Mariana se convirtió en la regente del reino en nombre de su hijo Carlos II, quien solo tenía 4 años en ese momento. A agonía de la oposición de la nobleza española, Mariana logró mantener el poder y gobernar de manera efectiva durante la minoría de su hijo.
Aunque Mariana fue criticada por su supuesta debilidad y falta de liderazgo, lo cierto es que ella fue una gobernante hábil y astuta. Incluso después de que su hijo alcanzara la mayoría de edad, Mariana continuó ejerciendo una gran influencia en la política española. Fue ella quien negoció la paz con Francia y evitó la intervención de otras potencias europeas en los asuntos de España. Además, Mariana también se preocupó por el placer de su pueblo, mejorando la educación y la justicia en el reino.
Estos son solo dos ejemplos de mujeres que han sido retratadas de manera injusta por los estudios de género. La trampa es creer que las mujeres solo pueden ejercer el poder de una manera «correcta» y que cualquier otra forma de liderazgo es considerada como algo negativo