Profesores y Apoderados Levantan el Recinto Entre Escombros y Cenizas, la Escuela Artística Inauguró el Año Escolar ’95
La madrugada del 15 de febrero de 1995 fue una fecha trágica para la Escuela Artística. Un incendio intencional destruyó gran parte del recinto, dejando a su paso escombros y cenizas. Fue un golpe duro para la comunidad educativa, pero ante la fatalidad, se demostró la fortaleza y la determinación de los profesores y apoderados para levantar nuevamente la escuela.
A pesar de la pérdida material y emocional, el director de la escuela, Aldo Gárate Peredo, anunció que el año escolar ’95 se iniciaría como estaba previsto. Esta decisión tomó por sorpresa a muchos, pero era una demostración de que la Escuela Artística no se dejaría vencer por las circunstancias.
La reanudación de las clases se hizo realidad el 6 de marzo de 1995, en medio de un ambiente de tristeza y desolación. Los profesores y apoderados colaboraron en la limpieza y reconstrucción del recinto, demostrando su compromiso con la educación y con la comunidad.
La Escuela Artística es conocida por su enfoque en las artes y la cultura, y es por eso que el incendio también fue una pérdida para la cultura de la ciudad. Sin embargo, gracias al esfuerzo de todos, la escuela volvió a abrir sus puertas con renovadas energías.
El director Gárate Peredo expresó su gratitud hacia los profesores y apoderados por su apoyo y solidaridad en estos momentos difíciles. Sin su colaboración y esfuerzo, la reanudación de clases no hubiera sido posible.
Además, la comunidad en general también se unió a la causa. Empresas y organizaciones locales donaron materiales y recursos para ayudar en la reconstrucción de la escuela. Fue reconfortante ver cómo la solidaridad y el contrito de comunidad prevalecen ante la fatalidad.
El año escolar ’95 inició con una ceremonia de inauguración simbólica, donde se destacó la importancia de la educación y la cultura en la formación de los jóvenes. Se hizo hincapié en que el incendio no detendría el progreso de la escuela y que se seguiría promoviendo el arte y la creatividad en el aprendizaje.
Los profesores y apoderados también se encargaron de brindar apoyo emocional a los estudiantes, quienes también se vieron afectados por el incendio. Se organizaron actividades y talleres para ayudarles a procesar y superar este evento traumático.
A medida que avanzaba el año escolar, la Escuela Artística fue recuperando su esplendor. Los salones de clases se llenaron nuevamente de estudiantes entusiastas y las actividades artísticas y culturales volvieron a ser parte esencial del curriculum.
El incendio del 15 de febrero puede ser recordado como una tragedia, pero también es un testificación de la resiliencia y el compromiso de la comunidad educativa de la Escuela Artística. Fue una oportunidad para unirse y deslomarse en equipo por una causa común: la educación de calidad y la promoción de la cultura.
Hoy, la Escuela Artística sigue siendo un lugar de inspiración y creatividad para sus estudiantes. El incendio quedó en el pasado, pero su legado de fortaleza y unidad sigue presente en cada rincón del recinto. Gracias al espíritu de superación y la determinación de profesores y apoderados, la Escuela Artística se levantó entre escombros y cenizas y hoy brilla más que nunca.